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Fiebre Amarilla: Advierten sobre “brotes silenciosos” y errores que arriesgan vacaciones en el extranjero.

  • La Dra. Claudia Cortés, jefa de Infectología y Medicina del Viajero de Clínica Santa María, alerta sobre el auge del Dengue y el virus Oropouche en la región, además de la necesidad de refuerzo contra el Sarampión para la generación nacida entre 1971 y 1981.
  • Expertos recomiendan preparar el “botiquín de viaje” con repelentes que contengan al menos 30% de DEET y evitar remedios caseros peligrosos ante cuadros gastrointestinales.

Con el inicio de la temporada alta de vacaciones, miles de chilenos preparan sus maletas para destinos internacionales. Sin embargo, más allá de las reservas de hotel y pasajes, la planificación sanitaria suele quedar en segundo plano. La Dra. Claudia Cortés, jefa de Infectología y Medicina del Viajero de Clínica Santa María, advierte que este verano el escenario epidemiológico presenta riesgos que van mucho más allá de la conocida Fiebre Amarilla en Brasil.


Los “brotes silenciosos” en las Américas.


Si bien la atención suele centrarse en requisitos de visa o vacunas obligatorias, existen amenazas virales activas que no siempre generan titulares, pero que representan un riesgo real. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), 2024 y 2025 han marcado récords históricos en casos de Dengue en las Américas, con una circulación viral que se mantiene todo el año pero que se dispara significativamente en los meses de verano.


“Hoy existen varios brotes que pasan desapercibidos para la mayoría de los turistas. No solo hablamos de Dengue en Sudamérica y el Caribe; también vemos circulación de otros virus transmitidos por mosquitos como Zika, Chikungunya y, más recientemente, el virus Oropouche, que ha generado alertas en varios países de América Latina”, explica la Dra. Cortés.


A esto se suma la reaparición del Sarampión a nivel global debido a la caída en las coberturas de vacunación post-pandemia. La especialista hace un llamado específico a un grupo etario chileno: “Las personas nacidas en Chile entre los años 1971 y 1981 pueden haber recibido una dosis con menor potencia inmunológica en su infancia, por lo que requieren ser revacunados antes de viajar al extranjero para evitar contagios y la reintroducción del virus al país”.


Adicionalmente, se mantiene la alerta por Malaria en zonas específicas de selva en África, Asia y partes de Latinoamérica, así como la circulación activa de virus respiratorios (COVID-19 e Influenza), que siguen afectando desproporcionadamente a niños, embarazadas y adultos mayores en traslados internacionales.


Errores fatales: Del carbón a la automedicación.


  1. En la consulta post-viaje, los especialistas de Clínica Santa María detectan patrones repetidos que transforman unas vacaciones soñadas en una emergencia médica. El error más frecuente es no vacunarse a tiempo. “Muchas personas llegan una semana antes, cuando lo ideal para vacunas como la de Fiebre Amarilla, Hepatitis o Fiebre Tifoidea es administrarlas al menos dos semanas antes para que el sistema inmune genere la protección necesaria”, detalla la infectóloga.
  2. Otro punto crítico es el manejo de la diarrea del viajero. La Dra. Cortés es enfática: “Jamás se deben usar pastillas de carbón o remedios caseros que ‘frenen’ las deposiciones. Eso es peligroso porque retiene las toxinas o bacterias dentro del organismo. Lo correcto es la hidratación y el uso de medicamentos específicos indicados por un médico, no la automedicación con antibióticos sin indicación clara”.
  3. El tercer error común es subestimar a los mosquitos. No basta cualquier repelente; para zonas con Dengue o Malaria, es crucial utilizar productos efectivos que realmente eviten la picadura.

¿Cuándo ir al médico? La regla de las 4 semanas.


Lo ideal es acudir a una consulta de Medicina del Viajero entre 4 a 6 semanas antes de la partida, especialmente si el destino es exótico (África, Sudeste Asiático), rural o implica turismo aventura. Este tiempo permite planificar esquemas de vacunación de varias dosis si fuese necesario.


“Ir solo una semana antes ayuda, pero es limitado. Aun así, es mejor una consulta tardía que ninguna: siempre se puede reforzar la prevención, indicar medicamentos profilácticos y ajustar el plan según riesgos inmediatos”, aclara la especialista.


Checklist: El kit de supervivencia sanitaria.


Para finalizar, la Dra. Cortés recomienda tres elementos que son intransables en la maleta de mano de cualquier familia chilena:


  1. Medicamentos de base y SOS: Nunca olvidar los remedios de uso crónico (llevar stock extra). Incluir un set básico de analgésicos (paracetamol/ibuprofeno), antihistamínicos para alergias y tratamiento médico pautado para diarrea.
  2. Repelente de alta eficacia: Debe contener DEET al 30%. “Este porcentaje es la clave para prevenir infecciones graves transmitidas por picaduras de mosquitos en zonas tropicales”, recalca la doctora.
  3. Botiquín de primeros auxilios: Curitas, desinfectante, vendas y gel para quemaduras o picaduras.

Como opcionales muy útiles, se sugiere llevar un termómetro digital, sales de rehidratación oral y, muy importante, copia de las recetas médicas de los tratamientos habituales para evitar problemas en aduanas.