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Mujeres en la Historia: Águeda Monasterio Silva la espía de San Martín en Chile

Águeda Monasterio Silva nació el año 1772, era hija de Antonia Lemus Silva, quien vivía en Villa de Renca, rodeada de chacras y casas quinta cuyos dueños eran inmigrantes españoles y criollos adinerados. Su padre era Don Ignacio Monasterio, comerciante y agricultor, quien arrendaba el fundo El Manzano de San José de Maipo, entonces de 29 hectáreas. Esto permitió que Agueda y sus 7 hermanos tuvieran un buen pasar.

En Santiago, tenían una casa quinta en el sector elegante de la Chimba, era una de las quintas de la parcelación de la Chacra Bellavista, que quedaba cerca de la chacra Lo Contador. Esta casa estaba en la actual esquina de Loreto con avenida Santa María.

A la temprana edad de catorce años, en 1786, contrae matrimonio con Jean Lattapiat, un joven comerciante francés, de 20 años, que introduce el apellido Lattapiat en Chile.

El joven matrimonio se instala en una casona que cerraba la calle Merced por el oriente, como en ese entonces Merced tenía dos cuadras, corresponde a la esquina de Merced con Mac Iver. Se dedicaban a la actividad agropecuaria, explotando dos fundos en la Rinconada de Los Andes, estos eran los fundos: El Algarrobal y La Monja. Tienen 5 hijos.

A principios de 1806, doña Agueda se fue a vivir nuevamente a la casa quinta de sus padres en la Chimba, ya que su marido, Juan Lattapiat puso su espada a disposición de Liniers para combatir a los ingleses que intentaban invadir Buenos Aires.
El 1° de abril de 1811, en Santiago, se amotina Tomás de Figueroa, intentando derrocar a la Junta de Gobierno. Las tropas leales lo enfrentan en la Plaza de Armas y una mujer de 39 años, cruza la plaza, en medio del tiroteo. Era Agueda Monasterio, quería cerciorarse que sus hijos no estuvieran entre los muertos y heridos.

Jean Lattapiat habría participado en Concepción en las batallas de la Independencia. No hay registro de defunción de él, posiblemente muere en acción y es enterrado en tierra.

Después del desastre de Rancagua, Agueda facilita sus fundos de La Rinconada de Los Andes, para que sean usados por los baqueanos y emisarios del Ejército Libertador.

Ella, al igual que Manuel Rodríguez, eran informante de San Martín. Para este fin, en la Casaquinta de La Chimba, Agueda Monasterio organizaba tertulias con patriotas, allí reunía información relevante a ser enviada a José de San Martín.
A fines de 1815, fallece Ignacio Monasterio, y su hijo Felipe Monasterio se traslada a San José, a la hacienda El Manzano.
El padre de Agueda, en sus expediciones veraniegas, había descubierto que del fundo El Manzano, siguiendo el río Colorado, podía llegar casi directamente a Mendoza. Había descubierto el paso Piuquenes, que se puede usar entre noviembre y abril.
Agueda utilizó esta ruta para él envío de mensajeros con los correos para José de San Martín y los demás patriotas chilenos. Los correos a San Martín eran escritos en tinta invisible en base a limón, que se tenían que leer al calor de una vela.

Pero un día, un portador de correos hacia Mendoza, se extravía, se ahoga en el río y se pierde la correspondencia. Agueda galopa a Santiago, distante casi 40 kilómetros, para que rehagan los mensajes, y hace que su hija Juana escriba una carta a San Martín explicándole lo sucedido.

Al día siguiente vuelve al galope al Manzano y reenvía los correos, pero el mensajero toma la actual ruta de los Libertadores y es apresado por los Talaberas.

Los Talaberas detienen a los hermanos Monasterio y a Juana Lattapiat y son llevados a la cárcel pública. Se instala la horca, San Bruno simula su ejecución, pero nadie confiesa ni delata a nadie.

Finalmente, en el mes de enero, su hermano Felipe es enviado por vida a la isla de Juan Fernández y su hija y su hermana Isabel son deportadas a Mendoza. Agueda, gravemente enferma, es enviada, con vigilantes, a su casa, donde fallece el 5 de febrero de 1817.

El 13 de febrero de 1817, San Martín va a la casa quinta de Agueda Monasterio, pero esta había fallecido una semana antes. Agueda muere sin ver su patria libre.


Fuente: Facebook Ilustraciones Historia de Chile