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¿Sabía que puede aumentar el colesterol en invierno por cambio de hábitos por las bajas temperaturas?

El consumo de comidas más calientes, menos movimiento y la ingesta de alimentos más calóricos, favorecen la producción de triglicéridos en épocas frías por cambio de hábitos debido a las bajas temperaturas.


Cuando bajan las temperaturas, nuestro organismo responde con cambios fisiológicos que tienden a elevar el colesterol sanguíneo. La vasoconstricción concentrada por el frío y la menor exposición solar la que reduce la vitamina D, aumentan el LDL o el conocido como “colesterol malo” afectando el metabolismo de las estatinas.
 
 
En Chile, a esta respuesta biológica se suma una alimentación típica invernal, rica en harinas, carbohidratos y aceites. “Sopaipillas y empanadas fritas, papas fritas, comida rápida con embutidos, chocolate caliente con crema y el tradicional café con leche entera, son alimentos que aportan grasas saturadas y carbohidratos refinados que potencian el alza estacional del colesterol”, explica el director de la carrera de Enfermería Campus República de la Universidad Andrés Bello. Michel Garat.
 
 
Consejos más saludables.
 
 
Una de las recomendaciones que hace el docente, es hacer cambios en la forma de cocción de algunos alimentos. “Para mantener el equilibrio lipídico sin renunciar al sabor local, conviene adaptar nuestras recetas como hornear las sopaipillas o preparar empanadas con zapallo en la masa, optar por completos en pan integral con tomate y palta, y cambiar el chocolate caliente a versiones con leche descremada o bebida vegetal y miel”, propone.
 
 
Asimismo, también indica que para los pacientes que están tomando Estatinas “es bueno ajustar la cronoterapia de los hipolipemiantes que resulta clave (medicamento utilizado para reducir los niveles de colesterol en la sangre) después del desayuno, cuando las enzimas hepáticas son más activas, puede aumentar en un 10 % su eficacia en la reducción de colesterol malo”.
 
 
Garat también propone que siempre es bueno pedir ayuda y compartir las tareas de cocinar o cuidado de la salud, conversar en familia sobre menús saludables, turnos para la compra o el control médico para aliviar la carga personal y refuerza los hábitos.
 
 
Prevención activa.
 
 
A pesar de las recomendaciones, siempre es relevante trata de evitar estos índices, por lo que la prevención no solo se puede basar en los cambios alimenticios. “Se recomienda 20 minutos de actividad tres veces por semana para contrarrestar el efecto invernal. Se pueden realizar paseos o caminatas temáticas, clases de baile en grupo o retos de escaleras, entre otros”, da como ejemplo el académico.
“El corazón merece un invierno sin sorpresas, así que combinar cronoterapia, nutrición inteligente y movimiento placentero es la fórmula para mantener el colesterol a raya y cuidar nuestra salud colectiva”, concluye Michel Garat.